Villa Irlanda Grand Hotel

El convento

Depués de la guerra los sacrdotes irlandeses volvieron a ocupar el edificio rodeado de jardines, que estimulaba su concentración. Vivieron en este lugar solo en las epocas de primavera y verano hasta el año 1960, tratando de reanimar lo que la guerra había destruido. Después de esto, los jardines y el edificio fueron abandonados por más de veinte años, hasta que en el 1973 fueron comprados por una familia de arquitectos y constructores de Gaeta, que ayudó a reconstuir el monasterio y a convertirlo en parte del hotel. Durante la restauración fueron realzados los murales de las paredes de la ex iglesia San Patrizio, denomidada hoy día “Sala Ciborio”. Los murales, que se pueden admirar en toda su belleza, estan llenos de simbolos religiosos.

Los pavos representados el la pared trasera como en las paredes laterales aluden a la inomortalidad del alma, el pámpano a la apendiculada de la religión cristiana. Las letras alfa y omega, colgantes de las cruzes celtas simbolizan el inicio e el fin de la vida terrenal; las terce ovejitas encima de la balustrada del ex coro representan a Cristo el Salvador y los doce apóstolos; las cruzes gamadas, pintadas sobre la pared este y oeste de la iglesia, debajo de la sombreimposición de madera, que giran en sentido contrario a las agujas de un reloj y forman un anclaje son un simbolo de la salvación del alma. Como tambien en tiempos lejanos, el la epoca de la civilizacion mesopotamica, este simbolo indicaba respectivamente el lado del que sale el sol y el lado en el que se pone.

En la planta baja de la edificación , los trabajos de restauración materializaron ambientes sugestivos y llenos de fascinación. Los trabajos incluyeron: la reconstrucción de la sobreimposición en madera de la iglesia, la instalación de mármol de alta calidad, la construcción de la arcada al interior del ex referctorio, ladelimitacion del viejo coro y de los espacios de cocina con paredes habilmente modeladas. Hoy en día las salas de la planta baja pueden ser usadas para banquetes de matrimonio, recepciones, conciertos y meetings en un ambiente lleno de elegancia y encanto. En el primer piso, donde antiguamente se alojaban los estudiantes de teologia, hoy se encuentra una sala de juntas que puede reunir hasta treita personas y trece habitaciones dobles con vista panoramica.

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